María de Villota es un ejemplo de superación. Un accidente de Fórmula 1 que pudo costarle la vida y sin embargo no pudo con ella. Solo se llevó parte de su cara, pero por fortuna ha podido recuperar su rostro a través de la cirujía.
"Ahora que solo tengo un ojo, quizá percibo más cosas que antes. Antes, mi vida era una contrarreloj total, era una lucha contra el crono, y ahora es cuando veo que hay que parar y medir las cosas de otra forma. Ya no son las décimas del crono, sino los pequeños momentos" explica María.
"Por algo he perdido este ojo. Algo me espera en la vida. Estoy segura."
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