Hace 84 años, el fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer tuvo la visión clara de lo que Dios le encomendaba, aquello por lo que venía rezando desde su juventud.
Era un día más del otoño madrileño. Por la mañana, a primera hora, celebró la Santa Misa. Luego, se retiró a su habitación donde comenzó a releer las notas que había ido recopilando durante los últimos años: mociones de Dios, inspiraciones y propósitos de su oración... cuando le llegó la visión, emocionado se arrodilló mientras las campanas de la cercana iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles repicaban en el día de su fiesta.
"Tenía yo veintiséis años, la gracia de Dios y buen humor, nada más. Tenía que hacer el Opus Dei"
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