miércoles, 11 de enero de 2012

Hay a veces, que toca madurar de golpe

"La virtud de la fortaleza requiere siempre una cierta superación de la debilidad humana y, sobre todo, del miedo...¡Tenemos necesidad de hombres fuertes! Tenemos necesidad de fortaleza para ser hombres." Juan Pablo II

Hay baches, que sin esperártelos aparecen de repente en tu vida.

Hace 2 años le detectaron cáncer a mi madre. Fue un momento muy duro para toda la familia. Pero Dios lo ha querido así y lo aceptamos. Si queremos ser como Cristo, hemos de seguirlo en todo, no sólo en lo que nos resulta fácil, cómodo y agradable, no sólo mientras me pida algo que está dentro del límite de lo que estoy dispuesto a dar, sino también cuando me pide cargar con una cruz que no es la que a mí me gusta, cuando las cosas en la vida cristiana se me hacen "cuesta arriba", difíciles y exigentes.

Hay a veces, que toca madurar de golpe y esta es una de ellas. Mi madre cogió la Cruz que le había puesto, como un reto, fortaleciéndose por dentro y sin olvidar esa sonrisa constante en la cara. Verle así te anima a ti también y te ayuda a acercarte más a Dios. A pedirle fuerza, salud y su pronta recuperación. Y por supuesto, a darle las gracias más de una vez.

Un año después consiguió salir de esa “pequeña pesadilla” que se le cruzó por el camino. Cogiendo fuerzas para el siguiente reto, esperemos que no sea tan grande, pero afrontando lo ordinario de la vida, esa es la verdadera Cruz. Como dijo San Josemaría “Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas pequeñas”

Porque esos hombres fuertes, que luchan, que son constantes, son los que te hacen feliz y son felices.

¡HAY QUE DARLE UN SENTIDO A LA CRUZ DE CRISTO!

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